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"Vestidos en Amor, Llamados al Más Allá"La
presencia hispana es hizo notar en el congreso de educación religiosa
2001 Por
Patricia Prieto Con
el tema "Vestidos en Amor, Llamados al Más Allá" se desarrolló
el trigésimo quinto Congreso de Educación Religiosa, el cual contó con
una amplia participación de catequistas, religiosos, ministros y
feligreses hispanos. El obispo Samuel Ruiz fue el conferencista central de
los talleres impartidos para los de habla hispana. MÁS
DE TREINTA MIL personas (incluyendo a cerca de 12 mil jovenes) se hicieron
presente en el trigésimo quinto Congreso de Educación Religiosa que
patrocina la Oficina de Educación Religiosa de la Arquidiócesis de Los
Ángeles. Los participantes, en su mayoría educadores religiosos y
personas hambrientas de profundizar en los mensajes evangelizadores que
nos dejó Jesús durante su vida terrena, provenían de diferentes estados
de la nación y de otros países del mundo. El
evento, que tiene como escenario el Centro de Convenciones de Anaheim, se
llevó a cabo del 15 al 18 de febrero. Como ya es tradición, un día
antes del evento, se desarrolló un programa especial para los jóvenes
que llenaron casi todas las bancas de la arena destinada para las
asambleas centrales. El
tema del congreso De
acuerdo a Maruja Sedano, Directora Asociada de la Oficina de Educación
Religiosa y coordinadora del Instituto de Formación Bíblica, el tema que
enmarcó al Congreso del 2001 se tomó de las lecturas litúrgicas del día
domingo 18 de febrero y, básicamente, "lo que nos estaba pidiendo
estas lecturas es la necesidad de vestirnos en el amor de Dios para
lograrlo todo y construir un mundo de justicia donde brille la
misericordia de un Dios amoroso que escucha nuestras oraciones. "Con
este tema, durante los tres días de conferencia, invitamos a las personas
a revestirse con el amor de Dios y denotarlo en cada una de nuestras
acciones -puntualizo Sedano, quien viene laborando en el Departamento de
Educación Religiosa desde 1975-. Si vivimos y compartimos el amor de Dios
con los demás, trascendemos más allá de nuestra vida presente. Sólo
con el amor de Dios, podemos poner a la gente por encima de los actuales
valores de la sociedad (comodidades, diversiones, dinero, etc.)". Al
poner en práctica el amor de Dios, asegura la educadora religiosa, los
individuos logran salirse de sí mismos para ver los verdaderos valores de
la vida y, al tratar y evaluar a las personas no por lo que tienen o
visten, sino por lo que son: la imagen de Dios, construyen el Reino de
Dios para todos en esta vida terrena y lo gozan después en la vida eterna. Día
Juvenil E1
14 febrero, se ofrecieron 13 talleres para los jóvenes y un servicio
eucarístico que estuvo presidido por el Cardenal Rogelio Mahony, quien en
su homilía llamó a los jóvenes a vivenciar en sus escuelas, hogares y
comunidades los valores de fraternidad y tolerancia con las personas que
provienen de las diversas culturas y razas del mundo. "Para
construir el Reino de Dios, tenemos que abrir nuestros corazones y
acercarnosa las personas que no comparten nuestra misma raza o cultura --
dijo el prelado a los doce mil jóvenes que escuchaban cada una de sus
palabras con atención.Les pido que cuando regresen a sus escuelas,
observen a su alrededor y compartan sus lazos de amistad con cualquier
compañero de otra raza o cultura que se sienta solo o aislado". Los
reconocidos sacerdotes Gregory Boyle y Ray East se encontraban entre el
grupo de conferencistas para los adolescentes y jóvenes adultos. En su
conferencia, el Padre Boyle habló sobre la violencia, la actividad
pandilleril, los factores socioeconómicos que incitan a la violencia y
los programas de intervención que otorgan sanación y esperanza a los jóvenes
que viven en las áreas golpeadas por las pandillas. Por
su parte, el Reverendo Ray East reflexionó sobre la urgente necesidad que
tienen los jóvenes de fortificar sus acciones con los principios
fundamentales de nuestra fe católica para darle seguridad y salvación a
sus vidas. A
nivel de compromiso social, la directora ejecutiva del Ministerio Juvenil
para la Paz y la Justicia en la diócesis de Nueva York, Alexie
Torres-Fleming, habló sobre el compromiso que tienen los jóvenes para
envolverse en las actividades que crean cambios positivos en las
comunidades y escuelas. El
día juvenil estuvo amenizado con música católica cristiana, que resaltó
los dos ritmos musicales más preferidos de los jóvenes: el rock y pop. Desarrollo
del Congreso Durante
los tres días de conferencias, los educadores religiosos y laicos
dedicados al ministerio catequístico gozaron de la oportunidad de
intercambiar ideas y experiencias con sus colegas y personas que laboran
en ministerios parecidos a los de ellos. Asimismo, se enriquecieron con
los temas expuestos por 150 conferencistas y los más de 262 talleres
ofrecidos. Los
temas de los talleres se seleccionan de acuerdo con los temas y áreas
tocantes con la religión católica: teología, Sagradas Escrituras,
evangelización, relaciones humanas, familia, juventud y cultura. Estos
temas son desarrollados por expertos, que pueden ser eclesiásticos o
laicos. Además
de los talleres y las congregaciones para las ponencias generales, los
participantes disfrutaron de un extenso programa de convivios litúrgicos,
eucarísticos, musicales, de alabanza y reconciliación. Al igual,
tuvieron la oportunidad de presenciar danzas folclóricas de diversas
razas y culturas. La "Danza Azteca" denotó la presencia de la
feligresía mexicana e hispana en el estado de California. Resaltando
y respetando la privilegiada realidad del pueblo católico de los Estados
Unidos: un pueblo multirracial y multicultural, los talleres se ofrecieron
en idioma inglés, español, vietnamita y mandarín. Talleres
en español Entre
los casi trescientos talleres, cincuenta y uno de ellos se impartieron en
idioma español. Catequistas bilingües e individuos que sólo dominan la
lengua de Cervantes, tuvieron la oportunidad de crecer en conocimientos en
los temas teológicos, espirituales y socio-culturales de nuestra religión.
En adición, acorde con las necesidades reales del pueblo católicos de
habla hispana de Los Ángeles y resto de la nación, se instruyeron sobre
temas tocantes a la familia, la sicología de los jóvenes, la autoestima,
la justicia social, los medios de comunicación y el multiculturalismo en
las celebraciones litúrgicas de la Iglesia de hoy. De
acuerdo a Maruja Sedano, quien desde 1985 funge como Directora Asociada de
la Oficina de Educación Religiosa de la Arquidiócesis de Los Ángeles,
los primeros talleres en idioma español se incorporaron al Congreso en el
año de 1976. "Comenzamos
con seis talleres de temas básicos y escasa concurrencia," explica
Sedano, "para llegar a lo que tenemos hoy: 51 talleres, y una
asamblea general, con una participación que sobrepasa el tamaño de los
recintos donde son impartidos. La concurrencia de los de habla hispana se
fue incrementando a medida que fue creciendo el número de los talleres en
español". Sedano
también asegura que durante los 25 años que ha estado al frente de la
coordinación de los talleres que se ofrecen en idioma español, se han
visto muchos cambios positivos en los catequistas y feligreses que
trabajan en los diferentes ministerios para los de habla hispana. "Nuestro
pueblo hispano tuvo que familiarizarse con la dinámica de un congreso (fecha
de inscripciones, reservaciones, lecturas de códigos y mapas, etc.,) -denota
la educadora religiosa quien también es Coordinadora del Instituto de
Formación Bíblica (en idioma español) de la Arquidiócesis-. A1
principio, las cosas se nos dificultaban un poquito. Particularmente, al
llegar el momento de la programación de los horarios de los talleres y la
asignación de salas de conferencias. Siempre nos quedaban cortas, porque
nunca se sabía la cantidad de personas de habla hispanas que iban a estar
presentes. Pero, poquito a poco, a medida que nuestro pueblo se fue
acostumbrando al ritmo de puntualidad de la sociedad americana y fue
aprendiendo el idioma inglés, la dinámica de nuestros talleres ha
mejorado enormemente". Otra
de las cosas positivas que se ha logrado a través de los talleres en
idioma español que se ofrecen en el Congreso de Educación Religiosa, es
el crecimiento catequístico que han tenido los educadores religiosos de
habla hispana. "Al principio, los participantes hispanos tenían
algunas deficiencias en el área de la catequesis, pero ahora se denota su
preparación y crecimiento, y no sólo en el área de la formación catequística,
sino también en su dominio del inglés. Hoy en día, tenemos un grupo
bastante representativo que aprovecha al máximo el congreso por ser
personas bilingües. Este grupo, que crece con el transcurso de los años,
toma provecho de los talleres dictados en lengua castellana como
anglosajona". A
través de los años, Maruja Sedano también ha sido testigo del "gran
hambre y fuerte motivación que tienen los de habla hispana para aprender
sobre su religión." "Es increíble todas las cosas que tienen
que hacer para asistir a nuestro congreso -asegura Sedano. La mayoría de
ellos lo hacen con sacrificio. Se la rebuscan para sacar tiempo de sus
vacaciones, para dejar a sus hijos al cuidado de algún familiar,
conseguir el transporte, etc." Otro
cambio positivo que han dejado los talleres en lengua castellana, ha sido
el crecimiento y la preparación religiosa de nuestra feligresía hispana.
"A medida que fue creciendo nuestra comunidad en espíritu y
conocimientos teológicos de nuestra religión, nos fue obligando a
ofrecer talleres con temas mucho más diversos y especializados. Es por
eso, que hoy en día, además de los talleres básicos con temas catequísticos,
se desarrollan paneles y conferencias con temas culturales, políticos,
familiares y sociales." Con
esta preparación, el pueblo hispano también obligó a una búsqueda de
conferencistas mucho más especializados, de reconocimiento internacional
y de diversas nacionalidades. "Anteriormente -explica Sedano,
nuestros conferencistas provenían esencialmente de México, California u
otro estado del país. Hoy en día, contamos con reconocidos
conferencistas de España, Sudamérica o Centroamérica." Enseñanzas
de Monseñor Samuel Ruiz Monseñor
Samuel Ruiz, obispo emérito de San Cristóbal de las Casa, Chiapas, México,
fue uno de los conferencistas para los de habla hispana y el panelista
principal en la asamblea general. A
través del tema "La no violencia en las enseñanzas y en la práctica
de Jesús," el religioso explicó a los presentes el reto que tinee
la iglesia de transmitir las enseñanzas de la "no violencia" en
el ser humano, que hoy está siendo azotado por guerras, conflictos
raciales, religiosos, sociales y políticos. En
su ponencia general, el prelado habló sobre la Iglesia, el desarrollo y
la transformación social en el nuevo milenio. Compartiendo sus
experiencias y las enseñanzas práctica que le dejaron sus cuarenta años
como pastor en la diócesis de San Cristóbal de las Casas, en Chiapas, el
Obispo Ruiz explicó a los presentes la influencia que tiene el desarrollo
industrial y tecnológico en los valores y estilo de vida de la actual
sociedad. "En este momento puntualizó Monseñor Ruiz-, el mundo está
cambiando. Pero este cambio no se da solo. Se da por la influencia de los
cambios que se presentan en las mujeres y hombres de la sociedad actual.
Los cambios afectan el presente e imponen, por lo regular, nuevas formas
de pensar, de hacer las cosas. Es decir que influyen en nuestras tomas de
decisiones. "Al
presentarse estos cambios, también se llega a los cambios de los valores
éticos y morales de nuestra sociedad, de la política (de partido o
extenso sentido de la palabra), de la economía. Estos cambios, a la vez,
nos conllevan a la concesión clara de que se necesita también un cambio
de la sociedad. No simplemente un cambio partidista, sino un cambio
transformador de toda las estructuras sociales. Y esto está claro hasta
para aquellos gobernantes que surgen para dominar y explotar al pobre." El
religioso aseguró que los cambios que se dan a través de la tecnología
moderna, afectan directamente a los pequeños empresarios que, a pesar de
"saber pescar" (es decir, de no ser dependiente y conocer su
trabajo) no puede competir con las grandes empresas y quedan mucho más
pobres de lo que son. "El supremo valor de la actual sociedad es el
valor económico. No se toma en cuenta el valor ético del individuo, ni
se le respeta por lo que es, sino por lo que tiene. Ante esta realidad, se
requiere una transformación desde las bases para cambiar las injusticias
que de dan ante las estructuras macroeconómicas y macrosociales, que
generan las diferencias económicas y sociales de la actual sociedad. "Y
ante estas diferencias económicas y sociales, el más castigado y
marginado es el pobre, aquél que muere antes de tiempo. El que tiene
enfermedades curables pero que no se cura porque el habitat y las
estructuras sociales que lo rodean no son las propias para su curación. "Es
en estos momentos -asegura el religioso-, cuando todos tenemos que
intervenir y poner nuestro granito de arena en la transformación de la
sociedad y en la conservación de unos valores éticos mucho más humanos,
mucho más cercanos a las enseñanzas de Dios. Para que llegue el Reino de
Dios a esta sociedad se necesita una construcción constante de la
fraternidad. Es decir, que los países más ricos sean solidarios y
fraternales con los países del Tercer Mundo o en vías de desarrollo. Y
esta fraternidad debe ser social y económica, y esto solo se dará a través
de la justicia y el amor. ."...Tenemos
que pedirle humildemente permiso al pobre y acompañarlo en su gesto de la
transformación de la sociedad. Como Iglesia tenemos que estar al lado de
los pobres, porque como nos dice Juan XXIII, ¿somos una iglesia de los
pobres o de los ricos?." Con esta sencilla pregunta, el Obispo Samuel
Ruiz García
se despidió de los presentes dejando sembrada en la conciencia de cada
uno de los participantes la necesidad de edificar el Reino de Dios con una
iglesia que esté "al frente de los pobres." Y para esto, dijo,
se requieren tres elementos básicos: 1.) la toma de conciencia del cambio,
2.) el convencimiento de que se necesita un cambio en la sociedad y 3.)
ser consciente de que cada individuo es sujeto activo de su historia. "Fui testigo de aquellos letreros que versaban `Se prohibe la entrada de perros, negros y mexicanos'. Pero esto ya no existe porque las comunidades han aprendido a hablar, a realzar su dignidad, y para no ir más lejos eso se nota hoy mismo, con esta numerosa audiencia de habla hispana que esta aquí hoy presente," concluyó el prelado. VN
2001 Vida Nueva -- 22 de febrero de 2001 |