Un Joven del Kirby Center Participó con el Obispo en la Homilía de la Misa del Día de la Juventud

Hola, mi nombre es Michael y tengo 16 años, soy custodio de la Corte y actualmente estoy encarcelado en una institución de Probación en Los Angeles.

Cuando estaba creciendo, vivía en un hogar Católico. Recuerdo que de niño iba a clases de catecismo. Cuando cumplí ocho años mi vida cambió. Mi madre empezó a usar drogas y my padre fuea prisión. Me sentí completamente perdido. Le pedía a Jesús que ayudara a mi familia, pero nada cambiaba. Por el contrario, la situación empeoró.

Empecé a imitar el comportamiento que veía en mi casa. Me uní a una pandilla a los 13 años. Comencé a usar drogas, me arrestaron y me mandaron a un Campo a los 14 años. Todo ese tiempo continuaba pidiéndole a Jesús que me ayudará, pero yo creía que yo ya no le importaba.

Como mi familia no estaba conmigo, yo formé la mía propia. Mi hija nació el 13 de agosto de 1996. Yo estaba en el Campo en ese momento. Cuando salí, continué tomando malas decisiones. Me colocaron en un hogar de grupo ya que no tenía dónde vivir.

Me escapé de esta casa, me arrestaron otra vez y me mandaron al Dorothy Kirby Center dónde estoy sirviendo mi sentencia ahora. Empecé a ir a misa y conocí a la Hna. Claudia, una capellana Católica. Ella me ayudó a entender que Jesús me ha amado siempre, y que Él me condujo a Kirby Center.

Actualmente estoy atendiendo a la escuela secundaria y trabajando duro para obtener mi diploma. Recientemente completé un programa de entrenamiento y ahora estoy listo para apoyar financialmente a mi hija. Veo a mi bebé regularmente y estoy participando en un programa para padres jóvenes. De esta manera aprendo a ser un buen papá.

Ahora he descubierto que Jesús nunca me olvidó. Él me condujo a personas que me quieren. Cuando la gente me pregunta, "¿Quién es Jesús para mí?" yo les digo que Jesús es mi protector porque ha habido muchas veces en las cuales me pudieron haber matado. Jesús es mi familia, aún cuando mi familia no estuviera para apoyarme. Jesús es mi amigo, aún cuando me sentía solo. Jesús es mi guía también, inclusive cuando me sentía perdido.

También le respondo a la gente que, para mí, Jesús es la Hna. Claudia. Jesús es mi oficial de Probación. Jesús es mi hija. Y aún más Jesús es mis compañeros. Todos me aman, me aceptan, y no me juzgan. Yo veo a Jesús en cada uno de ellos.

Mi futuro está lleno de esperanza y de sueños por una vida mejor con mi hija. Y Jesús a nuestro lado. Gracias.